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domingo, 17 de enero de 2016

Internet y redes sociales: ¿sólo para tímidos?




¿Qué se entiende por timidez?
Los estudios sobre la timidez empezaron con el artículo de Philip Zimbardo   (presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en 2002 y especialista en psicología social) “Shyness: What it is, what to do about it?” (Timidez: ¿Qué es, qué hacer con ella?) publicado en 1975 en la revista Psychology Today. Según este experto, muchos de los personajes que aparecen en televisión son personas que se declaran tímidas. "Aparecen en pantalla tranquilos y serenos, pero por dentro están temblando como un flan".
Según las investigaciones realizadas desde los años 70, el número de tímidos ha pasado del 40% al 50% de la población de los países estudiados. Aunque las cifras varían. Por ejemplo, en Israel hay un 30% de tímidos, mientras que en Japón es el 60%. Algo que tiene que ver con la educación en lo que respecta a los éxitos y a los fracasos.
El ser tímido no es un motivo de alarma, al menos en sus primeros momentos, es simplemente alguien que no se atreve a utilizar todas sus cualidades, alguien capaz de atreverse, pero no se atreve a atreverse. No hablamos del tímido como si se tratara de un cobarde, sino de un ser que carece de relaciones sociales, pero no porque tema a los demás, teme su opinión, teme el qué dirán. Es un temor muy especial y, por lo tanto, su vía de solución es evadirse de las personas que le rodean; de esta forma no se sentirá inferiorizado.

Las situaciones que provocan también timidez pueden ser:
            Cuando el sujeto es el centro de atención en un grupo numeroso.
            Cuando posee un nivel social inferior.
            En el momento en el cual se requiere firmeza de carácter.
            En situaciones novedosas.
            Cuando se evalúa al individuo.
            Cuando necesita ayuda.
            La relación con una persona del sexo opuesto.
            En situaciones sociales.
            Cuando es el centro de atención de un grupo pequeño.
            Si forma parte de un grupo de trabajo.

Miedos que provoca la timidez
     Miedo de ser evaluado negativamente por las personas que el individuo conoce. Las personas tímidas suelen preocuparse más del concepto que tienen de ellas las personas que le rodean.
          Miedo de no saber cómo actuar en sociedad. Por ejemplo, a la hora de exponer un trabajo en clase, aflorará la timidez del alumno más que nunca.
           Miedo de ser rechazado por una persona estimada. Es decir, hay personas que prefieren no expresar sus opiniones acerca de un determinado tema por tener la falsa idea de pensar que va a ser rechazado por los otros miembros del grupo.
         Miedo de revelar su verdadero ser y sentimientos. Por ejemplo, una persona tímida opta por esconder sus sentimientos antes de expresarlos, ya que teme una falta de comprensión por parte del otro.

La timidez e internet
¿Quién lo iba a decir? Resulta que hoy somos más tímidos que ayer. La impunidad y el anonimato que proporcionan las relaciones a través de la red son la causa de que cada vez demos menos la cara.
Muchas de las personas que navegan por Internet se describen como personas muy tímidas que se ponen nerviosas con facilidad, incluso delante de amigos y familia. Dicen que no pueden soportar estar delante de la gente porque tienen miedo de hacer algo mal; sin embargo, pueden hablar con todo el mundo a través de las redes sociales.
Pero, ¿les ocurre a todos lo mismo? ¿Internet hace más tímidos a los tímidos? "Desconéctate de Internet y conéctate a la vida" es el mensaje de advertencia que empezó a dar el doctor Bernardo Carducci, profesor de la Universidad de Indiana en E.E.U.U"Cada vez establecemos menos contactos cara a cara con la gente. Los contestadores, el fax y el e-mail nos dan la ilusión de que estamos en contacto, pero lo único con lo que realmente estamos en contacto es con un teclado.”
.-Psicólogos, psiquiatras y sociólogos no se ponen de acuerdo y el debate sobre los perjuicios y beneficios de Internet está en auge. Para muchos, es alarmismo fruto de la tecnofobia, y, en realidad, Internet está ayudando a la gente a socializarse.
El antídoto contra esta tendencia al aislamiento es forzarse a relacionarse con los demás; algo que, según Bernardo Carducci: "los españoles hacen mejor que nadie. Pero a medida que aumenta el número de españoles que confían en la eficiencia del intercambio de información que proporciona Internet puede que haya también menos vida social incluso en España e Italia, países en los que salir a la calle es una tradición.”
Internet, ¿una enfermedad? Hace unos años, se acuñó un nombre para esto: uso Patológico de Internet. El síntoma: pasarse más de 38 horas a la semana enganchado a la red. El nuevo nombre fue presentado en la reunión de la Asociación de Psicología Americana, celebrada en Chicago; pero no todos los especialistas coincidían en que el uso de Internet podía ser patológico. El doctor John Grohol, que fue director de la web https://www.mentalhelp.net/, decía: "No veo por qué tienen que ver Internet como una enfermedad y por qué no toman a una persona que se pasa diez horas al día leyendo como un adicto a los libros". Finalmente, esta misma asocación no ha incluido la adicción a internet entre los trastornos diagnosticables que recoge en su famoso DSM (Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders),uno de los más reputados en cuestión de clasificación de enfermedades mentales.

Desde el punto de vista sociológico las Redes Sociales permiten interconectar a las personas a través de la red de forma sencilla y rápida, facilitando el inicio y el aumento de las relaciones sociales. Por lo que pueden ser muy beneficiosas para la vida social de las personas, y en concreto de los y las menores, a los que, ante todo se les debe controlar y limitar el tiempo que utilizan el ordenador para estos fines. La labor de los adultos es la de formar a los y las menores, informándoles de los peligros existentes en Internet y acompañarles en su navegación. A día de hoy nadie duda de la importancia que tienen en la vida cotidiana las redes sociales. Es por ello que como educadores se ha de potenciar este recurso a nuestro favor, no solo utilizándolo en el ámbito de las relaciones interpersonales, sino en la educación de las personas hasta que finalice su aprendizaje.

“Si no puedes ser un pino en la cima de una colina,
sé maleza en el valle..., pero sé
la maleza mejor junto al torrente;
sé arbusto, si no puedes ser un árbol.
Si no puedes ser camino real, sé atajo.
Si no puedes ser el Sol, sé estrella.
No vencerás por el volumen,
Sino por ser el mejor de lo que seas.

Douglas Malloch

                                               

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